“Un alivio”: el potente homenaje al bajista de Catupecu Machu Gabriel Ruiz Díaz en el día del amigo
La banda Afilados estrena su nueva canción, compuesta por el vocalista Mariano Javier “Maho” Sánchez en homenaje al músico, que sufrió un grave accidente en 2006 y murió a comienzos de este año
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“Un alivio” es el título del tema con el que el grupo rendirá su particular homenaje al músico, una composición concebida como “un himno a la amistad verdadera”, explica la formación. El gesto “busca tener siempre presente que una derrota, por más goleada que sea, en el tiempo se balancea y victoria es al fin”.
“La escribí en honor a la amistad verdadera que me une con Gaby, con respeto y mucho amor por sobre todas las cosas. Es la expresión musical de todo lo vivido juntos. En cada verso hay un momento compartido, y los deseos de un brindis en melodía”, explicó el músico. “‘Un Alivio’ es eso, una vitamina musical, un trampolín para salir adelante y seguir a pesar de todo. Es un abrazo en tiempos de distancia, es una reunión con amigos, cuando todo es a través de una cámara o un celular. Una sonrisa que invita a bailar en los tiempos grises, para dejarlos atrás y comenzar de cero”.
En plan de recordar a Ruiz Díaz, Sánchez aseguró que cada anécdota lo “lleva a valorar cada instante junto a él”, de lo vivido y de lo aprendido a lo largo de los años. “Es ser amigo y admirador de un ser de luz que siempre estaba un paso adelante, que nos sorprendía con sus acciones y devociones de gran persona y corazón inmenso. Un buceador de sonidos innovadores y un artesano de la vida. Un amigo en las buenas y en las malas, un músico de otra galaxia. Siempre detrás de sus sueños y concretándolos a cada paso. Un fuera de serie, un gran amigo, una genial persona”, resumió.
Con ancla en las bases del rock and roll, Afilados nació en el año 2013 tras la unión de músicos de los barrios de Floresta y Villa Luro. Acompañan a Maho Sánchez en la formación Hernán Diego “Nacho” Luzardi en la batería, Ignacio “Gato” D’Aloe en teclados y Pablo Esteban “Parri” Zugaro en guitarra.
En 2021, el grupo lanzó su primer disco, que lleva el título de la canción, Un alivio, y que contó con la producción musical de Macabre y Agustín Rocino, de Catupecu Machu.
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Para la grabación de los temas que componen el álbum, Afilados convocó a destacados artistas como figuras invitadas, entre ellos a Sarcófago, de Ratones Paranoicos; Stuka (Los Violadores), Fachi (Viejas Locas), Gaba Díaz (Blues Motel), Niko (Villanos), Felipe Barrozo (Intoxicados), Rubén Gaitán (Ratones Paranoicos) y Martín Luka (Memphis La Blusera).
La magnética presencia de Gabriel Ruiz Díaz
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La muerte de Gabriel Ruiz Díaz el pasado 23 de enero generó una gran conmoción entre los músicos y figuras del ambiente. Su hermano Fernando confirmó ese día la noticia que ya había empezado a correr en las redes sociales: el bajista falleció en la ciudad de Santa Fe, donde vivía hacía un tiempo junto a su mamá, Dominga, y su acompañante terapéutica, que se encargaba de parte de sus cuidados desde el fatídico accidente que sufrió en 2006 y que lo dejó inhabilitado.
Gabriel Ruiz Díaz había nacido el 19 de abril de 1975 en Buenos Aires y en 1994 formó Catupecu Machu junto a su hermano mayor. Tocaba el bajo, cantaba y también se ocupaba de la producción y los arreglos de computadora con los que la legendaria banda empezó a experimentar a partir de su tercer álbum, Cuadros dentro de Cuadros.
Su presencia magnética arriba del escenario y esa manera de tocar el bajo, siempre como si fuese la última vez, quedó muy bien registrada en el DVD Eso Vive (2002), una selección de canciones de lo que fue la primera presentación de la banda en el Estadio Obras Sanitarias, el 15 de diciembre de 2001, apenas unos días antes del estallido social y político que iba a marcar un antes y un después en nuestro país. Catupecu Machu fue una de las bandas sonoras de esos años convulsionados y sus recitales enérgicos, casi catárticos, se convirtieron en la cita obligada de un público que no paraba de crecer.
El accidente
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En la madrugada del 31 de marzo de 2006, luego de pasar la noche en el boliche The Roxy, Gabriel manejaba su Volkswagen Fox por la Avenida Del Libertador, en el barrio porteño de Palermo. En el asiento de acompañante iba su amigo César Andino, cantante de la banda Cabezones. A las 6:10, el músico dobló a la altura de Sarmiento, perdió el control del auto e impactó de lleno contra un árbol. Los dos quedaron atrapados en la carrocería deformada del vehículo, pero los paramédicos lograron sacarlos con vida.
Las horas después del accidente fueron traumáticas. El parte médico del 3 de abril indicaba que Gabriel había sufrido “un traumatismo facial grave y contusión pulmonar”. Lo operaron en el Hospital Fernández para sacarle un coágulo de la cabeza, pero debía permanecer en terapia intensiva. Los fans de Catupecu Machu organizaron cadenas de oración y se congregaron en las escalinatas del Fernández para estar cerca de su ídolo. Estuvo más de seis meses internado ahí, pero nunca llegaría a recuperarse del todo.
Andino, por su parte, había sufrido fracturas en ambas piernas y fue sometido a múltiples operaciones. Al poco tiempo, lo supo: iba tener que usar una silla de ruedas por el resto de su vida. En mayo de ese año, el cantante de Cabezones dio su primera entrevista y relató cómo fue el accidente: “Lo único que me acuerdo es una sonrisa hermosa de Gabi, que es la que pone cuando estamos en problemas. Antes de chocar, no pudimos controlar el auto y me miró y me sonrió. Fueron segundos y no lo pudimos evitar. Son esas cosas del destino”, dijo en comunicación con FM Mega 98.3.
Y agregó: “Estábamos por salir a tocar a Bariloche y una curva nos llevó a otro lado. Y él se rió, así es él. Gabi; ante la peor tormenta, siempre tiene la mejor sonrisa. Yo estuve consciente todo el tiempo, empecé a gritar y enseguida estaba la gente ahí […]. Gabi es una persona con luz interior, los que lo conocemos lo vemos como un pequeño maestro, y yo creo que tiene una fuerza interna arrasadora. Yo sabía que él iba a salir, todo era muy negativo cuando llegamos al hospital y yo sabía que no podía ser así, que Dios se hubiera enfurecido con nosotros, dos personas que tocan música. Yo sé que Gabi va a despertar”.
Después de su estadía en el Fernández, Gabriel fue trasladado a una clínica privada de rehabilitación en Escobar. En el medio, Catupecu Machu seguía tocando en vivo gracias a la ayuda de amigos músicos. Habían pasado apenas 22 días del accidente cuando la banda se presentó ante más de 10 mil personas en el estadio descubierto de Obras. Del instrumento de Gabriel se hicieron cargo Diego Arnedo (Divididos), Fabián “Zorrito” Von Quintiero (Ratones Paranoicos) y Zeta Bosio (Soda Stereo).
En 2007 Gabriel pronunció sus primeras palabras: “hola” y “mamá”. También saludó a uno de los camilleros. Su hermano Fernando dijo en una entrevista que “contra todo pronóstico, Gabriel sigue peleando”. “Se pone solo la gorrita, se acomoda los lentes y mueve las manos cuando le ponen su bajo encima”, relató. En 2011 se lo pudo ver entre el público en un recital de la banda. Y en cada oportunidad en la que le preguntaban, Fernando aseguraba que su hermano estaba mostrando signos de mejoría gracias a la rehabilitación y la musicoterapia.
El destino quiso que la vida de Gabriel Ruiz Díaz termine el Día del Músico, que se celebra en la Argentina cada 23 de enero en honor al natalicio de Luis Alberto Spinetta, uno de sus ídolos. En el posteo de despedida, su hermano escribió: “Un día en una entrevista le preguntaron cuál era el disco que más le gustaba de la historia de nuestro amado rock argentino y Gabi dijo ‘Artaud, de Luis Alberto Spinetta’. Seguramente te debe estar esperando para que con tus cuatro cuerdas mágicas hagas lo que más amaste en tu maravillosa e increíble vida, el bajo y la música”.
FUENTE: LA NACION
Autor
RD1 Radio
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